He pasado todo el vuelo mirando al infinito pensando, no en mi novio, estaba pensando en un tío misterioso que conocí hace un millón y medio de horas, un tío del que apenas me acuerdo y solo tengo una imagen borrosa en mi cabeza. Fueron unas horas, no llegó a un día, pero fue como si en ese momento, el universo solo existiera para que estuviéramos juntos. Por eso he venido, y dejaré que el destino me lleve a donde quiera llevarme, porque cuando esto se haya acabado no tendré que volver a pensar en él.
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