5 oct 2011

sin más.

Cierto, he de admitir, que con tan solo 17 años,quizá soy demasiado pequeña, no sé. Soy el vivo retrato de uno de los pecados capitales, y es cierto que la gula, la pereza, la envidia, se pasean por mi vida a sus anchas, pero ¿y la lujuria? La lujuria vive en mí, y me pregunto yo porqué es tan malo algo que aparentemente no lo es. Debo seguir admitiendo que me pierden los besos y los abrazos en los lugares más raros, debo decir que me vuelven loca las manos que se pierden por mi cuerpo, que me hacen experimentar sensaciones únicas... y efectivamente, adoro que me besen el cuello, adoro que me rocen con los dedos, que me hagan sentir especial, y que por pocos momentos solo me preocupe sentirme bien...  Supongo que algo que me hace sentir tan bien no puede ser tan malo ¿no?



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